11 mar 2011

Seguridad vial: se aprende con el ejemplo

Hay algo que se enseña mientras el padre maneja: la desobediencia a la regla, la transgresión. La falta de responsabilidad ante el riesgo. La previsión de VER Y SER VISTO.
Si el niño escucha que tienen que ponerle el cinturón y sus padres no lo hacen, conoce las reglas y conoce la transgresión que viene desde el comportamiento de los padres. De la misma manera, si los adultos que viajan con el conductor le dicen a quien maneja que disminuya la velocidad porque está superando las máximas y éste no lo hace, transmite un mensaje de A MI NO ME VA A PASAR que el niño percibe y puede tomar esas actitudes andando con su bicicleta o cruzando la calle sin mirar, perdiendo la noción de riesgo.
Al niño capaz que se lo castiga si cruza cuando le dicen que no lo haga porque corrió peligro, pero qué efecto produce en su interior el ver a su progenitor que no respeta las reglas de tránsito, que las transgrede de todas las formas: lo espera en doble fila en la puerta de su colegio, va por la banquina si el tránsito está saturado, supera las velocidades máximas, etc. Etc. Al niño no se le puede decir “haz lo que yo digo y no lo que yo hago” porque peor de lo que nos podemos imaginar sus ojitos están atentos y captan lo que hacemos y nos copian. La educación vial es responsabilidad de la conducta de los padres en la calle. La prudencia, la mesura, el respeto a su propia vida y la de los otros, se toma desde el modelo de los padres. De ahí nuestra responsabilidad cotidiana. Ojalá pudíéramos verlo para prevenir los accidentes. Enseñamos a cuidarnos a nosotros mismos y al otro.

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