22 ene 2011

Cómo engañar al electorado? de Roberto Arlt

Me dice un candidato a diputado:
-Hay que trabajar por la salvación del país. La patria está al margen de la bancarrota.
-Che, hacé el favor, andá a engrupir a otro… a mí no me vengas con esa novela…Decí la verdad. ¿Cuántos negocios pensás hacer…?
-Qué negocios querés que se haga si no hay oposición. Se puede maniobrar, y bien, cuando hay partidos de oposición que guardan equilibrios con el oficial. Entonces sí vale la pena hacer negocios, mejor dicho hay posibilidades de acomodarse, pero de este modo…!!!. Te prevengo que hoy rinde más vender boletos en el hipódromo que ser diputado, de cualquier modo, ¿no se te ocurre nada con qué engrupir al público de electores?.
-De qué modo engrupir…
-Sí, una de esas macanas que corren y se las creen todos…
Con el petróleo, por ejemplo, no embromamos a nadie hoy. Con el oro, qué sabe la gente de oro?, como no ser el oro del anillo de compromiso… La nafta interesa sólo a los chauffeurs…El azúcar…todas esas son cosas pasadas de moda.
-Hay que buscar y encontrar algo que parezca verdad- me dice el malandrino que es candidato a diputado por un partido. –hay que buscar y encontrar algo que los deje groguis a todos los giles que en este país creen en la democracia. Por ejemplo: ciertos políticos con el asunto de los empleos tienen acaparado el electorado de la República. Nosotros no podemos ofrecer empleo. No podemos comprar libretas con empleos. Y hoy los giles piden algo más que un plato de lentejas para votar. Decime vos, con qué los “engrupís” a ese electorado. Ahí está el problema. Se pasaron los tiempos de la empanada criolla, de la bordalesa de vino, las partidas de taba y el asalto en el atrio de la iglesia. Hoy se pude asaltar, robar, matar, engañar, todo crimen político puede ser cometido en estos días de “iniquidad” como ingenuamente los llamás vos..
-Veo que leés mis notas…
-de vez en cuando…Todo crimen político puede ser cometido siempre que se tenga la astucia de rodearlo de legalidad y de chicana jurídica
“Como todos mis compinches. Más aún, te voy a contar una anécdota. Cierto diputado me decía una vez: “Si votando una guerra en la cual la Argentina se viera mezclada,
yo ganara un millón de pesos, votaba esa guerra…”.
Me ha puesto serio, no sé qué decir. Mi gran hombre continúa:
-Hay que ser un imbécil o un loco para creen en la honradez y en la democracia. Aquí tenemos la desgracia de no contar con industria, porque sino, aparecían muchos problemas explotables. ¡Qué problema se inventa entonces?? Hay que sacar una mentira de un ángulo poco común, descubrir una panacea que los embauque a todos…Mirá si seremos desgraciados que ni el peligro de una próxima guerra tenemos…con el bolcheviquismo no se va a ninguna parte, sino mañana mismo me hacía bolchevique. Con el fascismo…, que querés, es para los morfones de tallarines… Aquí, lo que hace falta es una concepción política que tenga apariencias de democracia y que no lo sea, que responda a todos los deseos y a ninguno, que esté contra todos y con todos…Más claramente, un caballo que no sea caballo, …uno de esos bodrios sabés,,,que ni dios los entiende.

Roberto Arlt escribe las "Aguafuertes porteñas" En el diario El Mundo a partir de 1928. Ésta es una de ellas, tan vigente que nos hace ver que nuestros problemas vienen desde hace mucho. Lamentablemente los negocios que tienen para hacer ahora
son más complejos y más nefastos. Qué esfuerzos hay que hacer para seguir creyendo en la democracia!!!.

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