El argentino es un eterno desterrado. Un expulsado por no ser de una manera determinada. De ahí la grieta. O estás adentro o te condeno a no ser, a no pertenecer. Rosas lo hizo, los militares lo hicieron. Ahora, desde el ´83, las formas de expulsión son diferentes. El exilio no es territorial es de hostigamiento de cualquier tipo.
Y como dice Ricardo Piglia en "Respiración Artificial":
EL DESTERRADO ES EL HOMBRE UTÓPICO POR EXCELENCIA,
VIVE EN LA CONSTANTE NOSTALGIA DEL FUTURO.
Analicen esta frase, no tiene desperdicios, "NOSTALGIA DEL FUTURO". Algo que se perdió o de lo que se es privado, aunque todavía no vino. El presente no existe, el futuro es el que se anhela y se pierde.
De hecho, el origen de la palabra nostalgia anida en los vocablos griegos νόστος -‘nostos’, o regreso- y ἄλγος -‘algos’, o dolor-, en lo que podría traducirse como el dolor por regresar. Teníamos programado un futuro que perdimos, al que querríamos regresar.
A los que todavía vivimos nos queda algo porqué luchar!!!!. Somos muchos los desterrados.
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