Cuántas similitudes se encuentran con los seres humanos cuando uno observa las conductas de algunos animales. Principalmente, cuando la cultura popular lo toma como referente, atribuyéndole dones con sólo portar o su piel, o sus plumas o sus colmillos.
He aquí que me topé, por una de esas casualidades, con un pájaro muy particular: el caburé. Le dicen el "rey de los pajaritos" o "el tirano de la selva". Una especie de lechuza, que no mide más de 16 cm. y que sin embargo es un depredador de aves, inclusive de las que lo superan en tamaño.
Se le atribuye un encanto similar a las sirenas. Su canto hace revolotear a las otras aves alrededor suyo, entre las que elige su presa. Tiene poderosas garras con las que atrapa a sus víctimas en vuelo para ultimarlas de un picotazo en la cabeza y "comerle los sesos", literalmente.
En el cuento del paisanito a quien Güiraldes, llama Dolores, dentro de "Don Segundo Sombra", describe las peripecias que el mismo pasa para cazar un caburé para sacarle las plumas de la suerte y rescatar a su china de las garras del hijo del diablo. Y el encuentro con ese ave lo describe así:
"vido (vió) que alrededor de un naranjo revoloteaban una punta de pajaritos y dijo pa sus adentros: -Allá debe de hallarse lo que buscás.
Gateando como yaguareté, se allegó al lugar y vislumbró al bicho
parao en un tronco. Ya había muerto dos o tres pajaritos, pero seguía de
puro vicio partiéndole la cabeza a los que se le ponían a tiro".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario