“Niebla” es el término de la jerga militar para describir la incertidumbre en el campo de batalla.
La confusión puede ser provocada, esto es, producida en forma deliberada. Pero en todo conflicto un grueso velo obstruye la visión. Los antecedentes considerados dañinos se censuran. La parcialidad brota de modo natural. Cunden los rumores. Las versiones fantasiosas alzan vuelo y la verificación es imposible.
Los medios de comunicación se consideran parte del campo de batalla.
El enemigo es denigrado y sus informaciones, aunque ciertas, serán desmentidas o ironizadas.
Éste es el ambiente adverso a la verdad en que transcurren los momentos críticos de las guerras. No es extraño, entonces, que a veces nos sintamos confusos y descreídos viviendo, como estamos, en la confrontación permanente (pensamiento de guerra como ya hablamos) con un poder que no reside en las instituciones republicanas sino en la persona del “soberano”.
Imagínense que antes de desembarcar en Normandía para engañar al mando alemán crearon tanques y piezas de artillería inflables. y en el área de concentración de ese ejército fantasma se generó un enorme tráfico radial con órdenes que iban y venían. Hasta dejaban sobrevolar a los alemanes para que observaran la concentración. Te dejan ver lo que no es cierto.
"Toda guerra es un engaño" decía Sun Tzu. No se sienta mal cuando no cree lo que le dicen, no está paranoico, está sano.
29 dic 2011
Incertidumbre en el campo de batalla
Publicadas por Stella Maris Coniglio a la/s 12:20 a.m.
Etiquetas: "Las guerras que nos esperan", Raúl Sohr
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