10 jul 2011

La marca de tu enojo


Cuentan que a un niño que tenía muy mal carácter su padre le dio una bolsa con clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debía clavar un clavo en la cerca.
El primer día el niño había clavado 37 clavos en esa cerca.
Al paso de las siguientes semanas, mientras aprendía a controlarse, el número de clavos puestos en la cerca empezó a mermar. El niño descubrió que era más fácil controlar su temperamento que estar poniendo clavos en la cerca.
Finalmente llegó el día en el que no perdió el control. Fue así que su padre le indicó que ahora sacara un clavo por cada día que había podido contener su enojo.
Los días pasaron y alterminar su padre lo tomó de la mano y lo llevó junto a la cerca y le dijo: Lo has hecho muy bien, hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la cerca. La cerca ya nunca será la misma.
Cuando ofendes con palabras o gestos de enojo, esas palabras dejan una cicatríz como estos hoyos. Una herida verbal afecta tanto como una física.
Recuerda que los amigos son en verdad joyas raras y difíciles de encontrar; no los hieras con tu enojo, deja huellas...
Autor anónimo

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