3 ene 2022

Dejar "ser personas".


Niño/Deja ya de joder con la pelota
Niño, que eso no se dice/Que eso no se hace/Que eso no se toca
Nos cantaba Serrat. Así mostraba cómo se domestica.

.Me encontré por casualidad con un temita: EL PERMISO. Lo trata la psicología. Cuántas cosas permitimos que no nos permitan, de grandes, no ya de locos bajitos:

permiso de guardar silencio/ hablar. 

permiso de sentir. 

permiso de acercarse/ de alejarse

permiso de ser

permiso de darse un espacio

el permiso de dejarse en paz.

¿Cuánto tiempo malgastamos intentando ser quienes no somos? ¿Horas? ¿Días? ¿Años? . Dejando que nos digan cómo tenemos que ser.

Con frecuencia nos retiran permisos o de tanto permitir que no nos permitan, terminamos por no permitírnoslo a nosotros mismos. Uno de ellos es el permiso a sentir, sea lo que sea. Experimentar odio, envidia, rabia, dolor, tristeza, celos... es absolutamente normal . Sólo se convierten en inconveniente cuando nos quedamos fijados en ellos más allá de lo necesario.
No hay nada peor para nuestro bienestar psíquico que negarnos LA VERDAD de lo que sentimos. Ése es también uno de los muchos secretos de la psicoterapia: dar permiso para sentir, para expresar, para hacer y, en definitiva, para SER.

Estos cinco permisos esenciales condicionan nuestro “ser persona” dice Bucay. Estos permisos me permiten finalmente ser auténticamente quien soy:

1. Me concedo a mí mismo el permiso de estar y de ser quien soy, en lugar de creer que debo esperar que otro determine dónde yo debería estar o cómo debería ser.

2. Me concedo a mí mismo el permiso de sentir lo que siento, en vez de sentir lo que otros sentirían en mi lugar.

3. Me concedo a mí mismo el permiso de pensar lo que pienso y también el derecho de decirlo, si quiero,o de callármelo, si es que así me conviene.

4. Me concedo a mí mismo el permiso de correr los riesgos que yo decida correr, con la única condición de aceptar pagar yo mismo los precios de esos riesgos.

5. Me concedo a mí mismo el permiso de buscar lo que yo creo que necesito del mundo, en lugar de esperar que alguien más me dé el permiso para obtenerlo.

Si vivimos en un mundo de demandas sostenidas, sin permisos, entonces nos “exiliamos”. Mirá qué palabra importante. No referido a irse de la patria, a no poder volver a ella. Exiliarse como desencuentros, de la no comunicación con los demás. El refugiarse en uno mismo.

La ternura nos devolverán los permitidos, dicen algunos autores. El respeto del otro como imperativo ético, lo aseveran otros.

La libertad de ser quien soy: El largo camino de vencer culpas, miedos y mandatos que nos impiden vivir en equidad valorando las diferencias." Pilar Sordo

De aquí saqué las palabras PERMISO y EXITO.

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