6 mar 2018

La interpretación antojadiza de lo dicho.


La peor estrategia para debatir y entenderse es aquella cuando la discusión  parte de una falsedad: la interpretación antojadiza de lo que el otro dice y el uso en su contra de esa interpretación. Ejemplo, alguien expresa: “La democracia es un sistema falible”. El otro responde: “Usted quiere decir que la democracia no sirve. Déjeme decirle…” De nada sirve pedir que no nos haga responsables de lo que él mismo interpreta, porque la aceptación de algo tan simple anularía ya no sus argumentos, sino su intención de  quedar al contrincante como un idiota.


Discutimos para tener razón, no para explorar cómo enriquecerla. Y es una pena porque es el debate de ideas lo que hace crecer a una sociedad. En esto, no hay discusiónFragmento  de "Esa manía de discutir sólo para tener razón" de Alberto Amato en Clarín


El dilema está en que no sirve dar más  explicaciones ni callar dejando en el otro  su mala interpretación. Qué hacer si no querés entrar en esa discusión de sordos?. Cómo romper esa forma de dialogar y no ser un partícipe necesario?. No podés estar condenado a que se ponga otro contenido en tus palabras para reforzar argumentos que no sirven para entenderse. Un verdadero dilema.

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