Las personas tienden a aceptar CERTEZAS FALSAS que les proporcionan una sensación de seguridad. Esto se hace porque enfrentar la verdad compleja o realidades incómodas resulta mucho más doloroso, ya que puede generar angustia existencial. Frente a la violencia, la opresión o el miedo, las mentiras pueden ofrecer una sensación de orden y seguridad, aunque sean temporales y dañinas a largo plazo.
Este fenómeno es una estrategia psicológica para lidiar con el dolor y el caos, pero también es explotado por aquellos que están en el poder para mantener el control de las masas.
Tzvetan Todorov pone el foco en los puntos de referencia históricos hacia los que hay que mirar para preservar el pluralismo y la heterogeneidad.
La Mentira como Pilar del Totalitarismo
Para Todorov, la mentira no es un simple subproducto del totalitarismo, sino uno de sus elementos fundacionales. Sin el control de la verdad, los regímenes totalitarios no podrían existir, porque la mentira es la base de su poder.
En un sistema donde la verdad es fluida y manipulable, la cohesión y la obediencia de la población se mantienen a través de un proceso de destrucción de la capacidad crítica de las personas, creando una sociedad desinformada y sumisa.
La mentira no funciona sola; necesita del miedo y de la represión para ser efectiva. Los regímenes totalitarios no solo crean mentiras, sino que también usan el miedo constante a la represión y el castigo para silenciar cualquier forma de duda o resistencia. En este contexto, la mentira se convierte en una protección psicológica. Como dice Eric Fromm: las certezas falsas les dan sensación de seguridad, una especie de protección psicológica, por eso la gente les cree a rajatablas.
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