Cuántas similitudes se encuentran con los seres humanos cuando uno observa las conductas de algunos animales.
Se le atribuye un encanto similar a las sirenas. Su canto hace revolotear a las otras aves alrededor suyo, entre las que elige su presa. Tiene poderosas garras con las que atrapa a sus víctimas en vuelo para ultimarlas de un picotazo en la cabeza y "comerle los sesos", literalmente.
Güiraldes, en "Don Segundo Sombra", al encuentro con ese ave lo describe así:
"vido (vió) que alrededor de un naranjo revoloteaban una punta de pajaritos y dijo pa sus adentros: -Allá debe de hallarse lo que buscás.
Gateando como yaguareté, se allegó al lugar y vislumbró al bicho parao en un tronco. Ya había muerto dos o tres pajaritos, pero seguía de puro vicio partiéndole la cabeza a los que se le ponían a tiro".
El folklore atribuye al caburé el encanto de lograr lo que quiere y toma parte de su "suerte" al poseer sus plumas.Pero el corazón del caburé dice Güiraldes: "tiene el peso de todas las maldades del mundo".
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