Jano ve hacia el pasado con nostalgia, con el duelo del abandono inexorable del tiempo que se aleja y también ve hacia el futuro, con un rostro de esperanza y de incertidumbre por lo que puede suceder y que tan sólo se supone, pero de lo cual no se tiene certeza.
Las imágenes que encuentro son diferentes pero parece ser que Jano era un dios de transición, que con una cara representada por un anciano y con la otra representada con el rostro de un joven . Es, fundamentalmente, la deidad que está “en medio” de todas las cosas.
Podríamos verlo como la imagen de nuestro país adolescente con sus ojos puestos en el pasado y con la incertidumbre por lo que pueda suceder, que cada vez es mayor.
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