4 ago 2018

Una ingeniosa campaña para no ensuciar un río




Rímac, en quechua, quiere decir hablador. Así le decían los indígenas por el ruido que hacía en tiempos de crecida, arrastrando piedras a su paso. Claro que a ellos no se les ocurrió irse a vivir al borde de este coloso que en vez de hablar, a veces grita.
Pero ahora habla en serio, pide, suplica-  Le dice señora no me ensucie!!.  Personaliza. El que ensucia reflexiona. Es el agua que beben. Vean cómo se puede hacer una toma de conciencia!!


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