27 ago 2018
El valor de tu palabra.
Un vecino de Nasrudín fue a visitarlo.
.-Mulá, necesito que me preste
su burro.
- Lo lamento -dijo el Mulá-, pero ya lo he prestado.
No
bien terminó de hablar, el burro rebuznó. El sonido provenía del
establo de Nasrudín.
- Pero, Mulá, puedo oír al burro que rebuzna
ahí dentro!.
Mientras le cerraba la puerta en la cara, Nasrudín
replicó con dignidad:
-- Un hombre que cree en la palabra de un
burro más que en la mía, no merece que le preste nada.
Qué es una prueba verdadera?. es el título de este cuento.
Publicadas por Stella Maris Coniglio a la/s 12:00 a.m.
Etiquetas: Narusdín
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