23 abr 2018
Las ideologías opuestas
“El escritor William Golding contó en "El señor de las moscas" una parábola moral protagonizada por náufragos. En una isla deshabitada, un grupo de niños sobrevivientes de un accidente aéreo se ve obligado a inventar un modo de vida para esperar un eventual rescate. Como las tareas no se cumplen espontáneamente (mantener la hoguera encendida, buscar alimentos, construir refugios) pronto se ve la necesidad de “tener un jefe que tome las decisiones”, pues hay que imponer algún tipo de normas. Aparecen dos candidatos, representantes de dos ideologías opuestas. Ralph es un niño razonable que quiere normas para que todos puedan opinar ordenadamente.”Habrá que levantar la mano como en el colegio”, p.e..
Jack, su contrincante, se siente excitado por la posibilidad de imponer reglas: “Tendremos reglas y cuando alguien no las cumpla…”
Según aumentan los conflictos, tienen que aumentar las reglas. La situación empeora porque la obediencia a las normas es inconstante y porque el enfrentamiento entre los dos líderes se encrespa. Poco a poco van mostrándose “dos universos distintos de experiencia y sentimientos, incapaces de comunicarse entre sí”, escribe Golding.
No sé si los seres humanos o los argentinos somos propensos a marcar las diferencias y no las coincidencias. A no ver la necesidad de no plantear al OTRO como oponente sino como complemento. Capaz que sea una forma de dominación, como sucede en política.
Lo que estoy segura es que los UNOS sin los OTROS no estamos completos.
Jack, su contrincante, se siente excitado por la posibilidad de imponer reglas: “Tendremos reglas y cuando alguien no las cumpla…”
Según aumentan los conflictos, tienen que aumentar las reglas. La situación empeora porque la obediencia a las normas es inconstante y porque el enfrentamiento entre los dos líderes se encrespa. Poco a poco van mostrándose “dos universos distintos de experiencia y sentimientos, incapaces de comunicarse entre sí”, escribe Golding.
No sé si los seres humanos o los argentinos somos propensos a marcar las diferencias y no las coincidencias. A no ver la necesidad de no plantear al OTRO como oponente sino como complemento. Capaz que sea una forma de dominación, como sucede en política.
Lo que estoy segura es que los UNOS sin los OTROS no estamos completos.
Publicadas por Stella Maris Coniglio a la/s 2:41 p.m.
Etiquetas: discrepancia
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