27 feb 2015
Ganas de vomitar.
La basura informativa que uno se traga cada día no deja lesión
alguna, ni siquiera microscópica, en la mucosa más sensible del cerebro. Las
neuronas procesan toda la mierda tóxica que nos rodea y tal como les llega la
trasladan al conocimiento sin que se produzca fisiológicamente ningún control
ni rechazo. La contaminación del aire congestiona los pulmones e irrita la
garganta e incluso puede provocar cáncer; en cambio, el veneno moral e
ideológico que uno respira penetra en la raíz de la conciencia sin que el
cerebro reaccione ante un ataque tan rudo y persistente. Qué
sucedería si las ideas y creencias con que se nutre el cerebro cambiaran de
sustancia y fueran a parar al estómago en forma de alimento?. Muchas noticias del telediario te harían vomitar durante el
almuerzo y después de tragarte un debate histérico e inconsistente, de oír el
comentario crispado de un político idiota, de leer un artículo sectario, un ostensible acto de corrupción, te mandaría corriendo al cuarto de baño. La corrupción política y la banalidad gansa de la cultura, serían productos equivalentes a la fruta con gusanos y al pescado podrido. Si en la tienda la gente rechaza
por instinto un alimento pasado de fecha, ¿por qué acepta una creencia rancia
como si no le dañara? La denominación de origen y el control de calidad que
rigen en la alimentación, no atañen a los productos destinados al cerebro,
aunque estén llenos de bacterias. Nuestra conciencia largamente intoxicada
acepta con normalidad el veneno diario que recibe en lo que uno lee, oye,
contempla, huele y respira, de forma que el ciudadano se comporta con toda
naturalidad en la vida, creyéndose sano y libre, sin saber que está envenenado.
Manuel Vicent (con algunas licencias)
http://elpais.com/elpais/2015/02/20/opinion/1424446524_760399.html
Publicadas por Stella Maris Coniglio a la/s 12:00 a.m.
Etiquetas: Fiscal Nisman, Jueces, noticias veneno
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