Un gobierno que reconozca los errores. Un gobierno que no esconda la cabeza. Que cuando ve que tiene un funcionario que está haciendo las cosas mal no lo traslade para que ocupe otro cargo sino que lo haga hacerse cargo de lo que se ocupaba. Que no cambie al policía corrupto y lo lleve a otro lado. Que ponga a los más aptos en cada cargo. Que no tenga las malas prácticas de sus opositores sino que denuncie las malas prácticas de sus opositores y haga las cosas con limpieza. Que coordine, eduque, estimule, una, a la sociedad. Que la solidaridad no sea impuesta sino que sea comprendida y asumida por el pueblo, tanto por el que da como por el que recibe. Que no sean los grandes hacedores, gracias, pero prefiero que la patria la hagamos entre todos.Que las acciones se hagan conjuntamente e interrelacionadas. Que el conocimiento sea distribuido y asumido como un valor de progreso. Que las empresas puedan invertir en la educación, en la salud y en las rutas de su zona y que pueda deducirlo de los impuestos, para que se localicen las obras y se colabore en lo que es usado por sus camiones y por sus obreros porque una comunidad que mejora alrededor de una empresa beneficia a todos.Que haya tantas escuelas como densidad poblacional. Que las villas tengan cloacas, veredas, calles, agua potable, y generadores de energía renovable. Que se tengan acceso a lugares de higiene aunque sea compartida (como en los viejos conventillos donde varias piezas tenían su baño y su ducha). Que a los chicos se los cense por vocación y aptitud y se los ayude a alcanzar sus objetivos ya sea por estudios, por deportes, por arte, por trabajos.
Que se desarrollen actividades en zonas no pobladas para cambiar la densidad poblacional donde se pueda reubicar a la gente con actividades rentables, o por lo menos con la posibilidad de producir el alimento para el grupo familiar en primera instancia.Que se trabaje la basura para sacar los elementos que la componen así emplear a mucha gente y recuperar lo que se entierra.
Un gobierno que sepa que escuchar no es atender a la gente, escuchar es pensar más allá de lo que se pensó hasta el momento de escuchar a la gente y modificarse a partir de ahí.
Es demasiado lo que espero de un gobierno justo pero pienso que se nos va la vida en cada paso, en cada muerto por desnutrición, en cada niño que se cría en la mugre, en cada anciano que no puede descansar con una buena jubilación, en cada sonrisa que apagamos los argentinos día a día, en cada esperanza que se le borra a un joven, que creo que vale la pena construir utopías realizables.
10 may 2011
Se nos va la vida esperando un gobierno justo.
Publicadas por Stella Maris Coniglio a la/s 12:09 a.m.
Etiquetas: qué se puede hacer en política, se nos va la vida, Stella Maris Coniglio, un gobierno justo, utopias argentinas, utopias realizables
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