Jonathan Cott amaba el rock. Le encantaba componer aunque sentía que no tenía ningún talento para ello. Había escrito cientos de canciones y melodías, pero no había caso. Cansado y frustrado de no poder avanzar, empezó a buscar trabajo. Como escribía bien, le surgió una oportunidad en una revista de rock, la Rolling Stone. Aún sabiendo que no era un camino para convertirse en músico, ese empleo le permitiría estar cerca de su pasión, y en algún sentido, sublimarla..El viernes 5 de diciembre de 1980, su jefe lo mandó a realizar una entrevista a un músico que vivía el Upper West Side en NewYork. La entrevista duró varias horas, en las que Jonathan pudo indagar en profundidad todos los temas del entrevistado.
Como el músico había estado muchos años sin componer nada, Jonathan le preguntó si las canciones de éste último disco le habían resultado fáciles de hacer.-”No creas; de hecho tardaron cinco años en salir. ¡Cinco años de constipación, y tres semanas de diarrea!”, fue la síntesis del músico en relación al largo y difícil proceso creativo que había tenido que atravesar para parir su nuevo disco.
Jonathan le preguntó cómo habían sido los años en que componía con mucha facilidad. La sincera respuesta de John-el entrevistado-lo dejó paralizado: -”Me la paso quejándome de lo difícil que es componer o de cuánto sufro cuando escribo, al punto de que cada canción que compuse fue una tortura”.-¿ Pero, la mayoría fue una tortura? repreguntó Jonathan sin poder dar crédito a lo que escuchaba. John se mantuvo inconmovible, con la serena firmeza que genera la verdad. -”Salvo esas diez canciones, más o menos, que los dioses te otorgan y que salen de la nada, el resto fue una tortura…”
Terminada la entrevista, cuando Jonathan dejó el edificio Dakota, se sentía menos solo. Reflexionó que si semejante músico tenía tamaños problemas para escribir, él debía retomar su vocación pero sabiendo que la tarea era muy difícil e incierta, y que por ende tendría que aprender a convivir con grandes niveles de frustración porque capaz que su intolerancia a la adversidad era lo que le hacía abandonar el camino prematuramente.
Se sintió diminuto, al lado del gigante que acababa de entrevistar. Comprendió que la diferencia era esa: poder seguir adelante. Jonathan nunca imaginaría que sólo tres días después, el 8 de diciembre de 1980, su entrevistado John Lennon sería asesinado por un fanático, y que aquella entrevista sería la póstuma, publicada por Rolling Stone 30 años después.
http://www.rollingstone.com.mx/rs_mes/john-lennon-la-ultima-entrevista/
http://www.juantonelli.com/?p=2123#comments
Interesante reflexión que deberíamos tener en cuenta cuando flaqueamos. Nada es fácil. A algunos les puede ser más fácil que a otros, pueden tener aptitudes que no son las nuestras, pero tengamos por seguro que, todos y cada uno, tenemos que pasar por el camino del manejo de las frustraciones para poder realizar aquello que queremos.
24 may 2011
La diferencia: poder seguir adelante
Publicadas por Stella Maris Coniglio a la/s 12:01 a.m.
Etiquetas: adversidad, frustración, John Lennon, Jonathan Cott, poder seguir adelante, Stella Maris Coniglio, utopias argentinas
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