24 feb 2022

"A los docentes no les pagan para querer a los niños".



Cómo trabaja un docente con niños con hambre, con carencias, sin futuro a la vista?
Rita Pierson, maestra durante 40 años, una vez escuchó a una colega decir: "No me pagan para querer a los niños". Su respuesta fue: "Los niños no aprenden de la gente que no les gusta". Un llamado conmovedor para instar a los educadores a creer en sus alumnos y para que se conecten verdaderamente con ellos a nivel personal y humano...
Les dejo un mensaje increíble, escúchenlo en la fuente que dejo al pie:

He tenido clases de un nivel tan bajo, dice Rita Pierson, tan deficientes académicamente que he llorado. Me preguntaba, ¿cómo voy a llevar a este grupo en nueve meses desde donde están hasta donde tienen que estar? Y fue difícil. Fue muy duro. ¿Cómo elevo la autoestima de un niño junto con su rendimiento académico?
Un año se me ocurrió una idea brillante. Les dije a todos mis alumnos: "Fueron elegidos para estar en mi clase porque soy la mejor maestra y Uds., los mejores estudiantes. Nos han juntado para así mostrarles a los demás cómo se hace".
Uno de los estudiantes dijo: "¿En serio?" (Risas)
Le dije: "En serio. Tenemos que mostrarles a las otras clases cómo se hace, así que cuando caminemos por el pasillo noten nuestra presencia aún sin hacer ruido. Basta con mostrarse orgullosos". Y les di un frase que dice: "Yo soy alguien. Yo era alguien cuando llegué. Y seré un mejor alguien cuando me vaya. Soy fuerte y poderoso. Merezco la educación que aquí recibo. Tengo cosas que hacer, gente a la que impresionar y, lugares donde ir".
Y dijeron: "¡Sí!"
Si lo repiten lo suficiente empezará a ser parte de Uds.
Y entonces... Les di un examen; 20 preguntas. Un estudiante tuvo mal 18.Le puse un "+2" en su hoja y una carita sonriente.
Me dijo: "Maestra Pierson, ¿esto es reprobado?"
Le dije: "Sí".
Dijo: "Entonces, ¿por qué me pone una carita sonriente?"
Le dije: "Porque estás en una racha. Acertaste dos. No tuviste todo mal". Y dije: "Y luego que lo revisemos, ¿no lo harás mejor?"
Me dijo: "Sí, señora, puedo hacerlo mejor".
Miren, un "-18" te arruina la vida."+2", dijo, "no está nada mal".(Risas) (Aplausos)


La enseñanza y el aprendizaje deben traer alegrías. ¿Qué tan poderoso sería nuestro mundo si tuviésemos niños que no temiesen asumir riesgos, que no tuviesen miedo de pensar, y que tuviesen a un campeón. Cada niño merece tener a un campeón, un adulto que nunca dejará de creer en ellos, que entienda el poder de la conexión, y les insista en que llegarán a ser lo mejor que pueden llegar a ser.
¿Es difícil este trabajo? Les apuesto que sí, por Dios, que sí. Pero no es imposible. Podemos hacerlo. Somos educadores. Nacimos para marcar la diferencia.
Muchísimas gracias.
Fuente

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