12 sept 2020

Sabrás el destino de un chico por su merienda.

Cuál era la merienda que llevabas a la escuela?. Porque hoy recibí mi correo y esta vez me trajo la imagen de la “torturante” manzana diaria que indefectiblemente, es decir, sin ocurrir la posibilidad de alguna alternativa, ni por equivocación, ni por no ser la época de cultivo, ni por estar verde, o arenosa y hasta con gusano, se convertía en la “obligación de ser inteligente” durante todos los días de clases.

No podía ser nunca una merienda, y hoy hago mi protesta pública, una fría manzana. Imaginate, pleno invierno, un patio abierto no techado, un delantal blanco, una pollera hasta la rodilla, zoquetes, zapatos gacela y comiendo una fría e indiferente manzana. Y porqué tenía que ser manzana y no otra cosa?. Ríanse, “porque la cáscara tenía fósforo” que era bueno para la inteligencia. Eso es amor de madre, porque está pensando en el “bien de su hija”. Les juro que para colmo ella iba a las reuniones de la señorita Nora y salía satisfecha,porque les pedía a las mamás que no mandaran a las chicas con esos panes llenos de jamón y queso porque cuando terminaba el recreo se dormían en el aula por lo piponas que estaban. Manzana gana a Sándwich!!!   Todo fuera por amor.

Roberto Arlt dice en una de sus Aguafuertes:

“Podría asegurar, sin exageración, que si queremos saber cuál será el destino de un chico no tendremos nada más que revisar su cuaderno, y eso nos servirá para profetizar su destino. “

Me atrevo a contradecirlo, sabrás el destino de un niño por su merienda. 

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