11 dic 2019

Para recuperar la sonrisa.

Solamente nos las dibujan con un garrote.
Acabamos de perder la Provincia de Buenos Aires, la Provincia de Santa Fe y el gobierno nacional en manos del peronismo y muchas más derrotas. Conseguirlos nos habían representado ardua tarea. Perderlos, en un solo soplido. Pusieron las velas en filas. No se pelearon, armaron estrategias y soplaron.
Nos queda el sabor amargo, no sólo de haberlas perdido sino en manos de quiénes. Quedamos atrapados en nuestra propia inoperancia, en nuestra incompetencia como ciudadanos que no sabemos cuidar lo que construimos con esfuerzo.
Estos días vimos legisladores nacionales que se pasan de bando. Vimos legisladores de la Provincia de Buenos Aires que se pasan de bando. Vemos feos manejos en la ciudad de Rosario. Los peronistas cuando se pelean se están multiplicando, los no peronistas cuando se pelean se hacen polvo.
Se logró la diferenciación. Se logró gobernar de otra manera en la Provincia de Buenos Aires, en Mendoza, en Jujuy dándole otra impronta a la política, pero no alcanzó. Córdoba, aunque con un cierto aire de autonomía, es una reserva peronista de alternancia.
 Hay que lograr que gente buena se acerque a la política. Hay que formar nuevos cuadros. Tenemos tiempo, un año diría, porque vienen las legislativas y ahí hay que apuntalar lo construido. No perdamos las esperanzas. Vimos la fuerza, el vigor, las ganas de hacer de los grupos de todas las provincias. Se sentaron las bases. Ahora los que no nos tenemos que sentar somos los argentinos de bien. Ya tenemos que estar trabajando YA. El desánimo es nuestro peor enemigo.
Eduardo Mallea veía de esta manera lo que nos pasa: "Estamos abocados a males tantos, en esta tierra de tanto sol, y tanta tierra, y tanto cielo, que yo no veo remedio, para salirles al paso, más que el fruto que dé una categórica, radical, rotunda movilización de las conciencias. Movilización es maduración." Para él teníamos que actuar como un organismo que se defiende de sí mismo.

Y nuestro Sarmiento nos sigue enseñando:
"Hemos de dejar,(..), los sueños de desenvolvimiento, de poder y de gloria, con que nos han mecido desde la infancia?..Ohh!!, este porvenir no se renuncia así nomás.
(...)
..No se renuncia porque en un pueblo haya millares de hombres candorosos que toman el bien por el mal, egoístas que sacan de él su provecho; indiferentes que lo ven sin interesarse; tímidos que no se atreven a combatirlo; corrompidos, en fin, que se entregan a él por inclinación al mal, por depravación: siempre ha habido en los pueblos todo esto y nunca el mal ha triunfado definitivamente..(..)
No! no se renuncia a un porvenir tan inmenso, a una misión tan elevada, por ese cúmulo de contradicciones y dificultades:
!Las dificultades se vencen, las contradicciones se acaban a fuerza de contradecirlas!"





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