26 feb 2015

Nuevas elecciones, nuevos espías. La fiebre de las escuchas.

En el 2003 se votaba la Ley Espía para ponerla en manos del hoy denostado ex SIDE Antonio Stiuso. Como dice esta tapa de Crítica cuando la Corte consideró inconstitucional la Ley el Gobierno aumentó un 25% el presupuesto de la SIDE. Néstor y la fiebre de las escuchas. Plata fácil (hoy Ciccone) y vigilancia estrecha en un año electoral. Entre el 2004 y el 2008 se aumentó un 83% el Presupuesto de Gastos Reservados para la SIDE, en manos de Stiusso.
Hoy está nuevamente en juego con la aprobación de una Ley que entre las cláusulas que se consideran "graves" está la que "dice que las escuchas las va a escuchar una militante más del kirchnerismo que es la Procuradora general de la Nación, es decir Gils Carbó" y "otra que permite destruir evidencias dentro de la SIDE. Otra que dice que la Presidenta puede quitar el secreto a cualquier información".
Resulta verdaderamente inquietante que  no se explote de indignación frente al hecho innegable de que éste fue el Gobierno de los servicios y de que ésta fue la década espiada. Los Kirchner utilizaron más que nadie a los agentes de las alcantarillas para vigilar a propios y extraños, y para proveer de carpetazos y carne podrida a vendedores de mentiras, siempre dispuestos a ensuciar a los disidentes. Una peligrosa e inarticulada mafia de Estado se iba instalando en la Argentina bajo  nuestras propias narices. Funcionarios corruptos, espías siniestros, jueces venales, barrabravas, punteros, narcopolicías y traficantes de drogas son parte de un mismo entramado, lleno de vasos comunicantes con el poder. El más concentrado de todos los poderes… Y nos hacen creer que con una Marcha de Silencio estamos haciendo algo por nuestro país. Y peor, como con las Islas Malvinas, nos están haciendo creer que estamos ganando. Vaaamos!

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