La cantidad de extranjeros y la diversidad de sus orígenes
dio por resultado un clima social y cultural cosmopolita, en el que
se escuchaban diferentes idiomas y al que cada grupo trasplantaba
tradiciones y mentalidades muy antiguas, costumbres arraigadas en otras
ciudades, pueblos y zonas rurales que se fusionaron en el espacio
local. Ese clima de cosmopolitismo fue percibido claramente; algunos
periódicos tuvieron secciones fijas escritas en distintos idiomas, donde se
resumían noticias de los países europeos y era habitual encontrar en sus
páginas pedidos de trabajo para “un alemán, con buenas recomendaciones”, para
“un cocinero brasileño” o para “una ama de leche fresca, italiana”.
Los comercios exhibieron sus anuncios en varios idiomas y
hasta los nombres de las escuelas de instrucción elemental aludieron a
las distintas nacionalidades: en 1900 funcionaban el Colegio
Norteamericano, el Franco-Argentino, el de la Societá Garibaldi, el
Hispano-Americano,el Alemán-Argentino, el Unione e
Benevolenza, el Español, el Hispano-Argentino, el del Circolo Napoletano.
Casi todas las colectividades que podían reunir unos cientos
de paisanos o compatriotas organizaron asociaciones con distintos fines,
particularmente de socorro mutuo. Las más numerosas –de italianos y de
españoles– llegaron a tener miles de asociados, y además de brindar servicios
de salud constru -yeron lujosos locales, escuelas, hospitales y panteones.
La sociabilidad y la
recreación tuvieron esa misma impronta. Los españoles organizaron romerías y
corridas de toros; los italianos, conciertos de bel canto y obras teatrales;
los ingleses, carreras de caballos y juegos de polo y cricket; los franceses,
fiestas callejeras celebrando antiguas tradiciones. Al mismo tiempo, se
formaron centros recreativos, sociedades corales y teatrales, grupos
filodra-máticos, en los cuales también se realizaban tertulias, conciertos y
bailes.
En Rosario hubo manifestaciones, serenatas y actos públicos
para conmemorar episodios ocurridos del otro lado del océano Atlántico . Los
franceses, ingleses e italianos salieron a las calles a festejar las victorias de Sebastopol y Magenta
en la guerra de Crimea (1855). Los españoles celebraron vestidos de gala, el
nacimiento del Príncipe de Asturias, futuro Alfonso XII (1857), y apoyaron a su
país en la guerra de Cuba (1868). Los italianos se involucraron activamente en los episodios
de la unificación italiana y festejaron puntualmente los “XX Settembre”. Los franceses
rindieron homenajes a Gambetta y cada 14 de julio celebraron la Revolución.
Fuente: Ciudad de Rosario de Agustina Prieto, Pablo Montini, Ana María
Rigotti, Raúl D'amelio,
Megías, Alicia. editorial:
Municipal de Rosario año de edición: 10/2010
Uds. se imaginan toda esta gente conviviendo en un mismo espacio con costumbres, recuerdos, idiomas y culturas diferentes?. Y así se formó esta hermosa ciudad. Que se convirtió en Patria de tantos ciudadanos del mundo que pudieron expresarse libremente en nuestro suelo: su sentir, sus añoranzas, sus ideas. Un orgullo argentino el haber dado cabida y haber podido formar una cultura nueva fruto de la convivencia y de la colaboración de tantos inmigrantes.
19 ene 2013
1855 Rosario cosmopolita
Publicadas por Stella Maris Coniglio a la/s 12:00 a.m.
Etiquetas: cosmopolita, sábados historia real de Rosario
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