24 ago 2020

Nadie te conoce cuando estás deprimido: Jimmy Cox y Discépolo.

Hace un tiempo escuché la canción de Jimmy Cox de 1923 Nobody knows you when you're down and out y la guardé porque me pareció muy discepoliana.
Hoy encontré una traducción al inglés, en realidad a una jerga norteamericana, del tango Yira Yira de Enrique Santos Discépolo escrito en 1931 que me aportó un detalle interesante que quiero compartir.



Veamos primero la versión en inglés:

Nobody knows you when you're down and out de Jimmy Cox

Once I lived the life of a millionaire,
Spent all my money, I just did not care.
Took all my friends out for a good time,
Bought bootleg liquor, champagne and wine.
Then I began to fall so low,
Lost all my good friends, I did not have nowhere to go.
I get my hands on a dollar again,
I'm gonna hang on to it till that eagle grins.
'Cause no, no, nobody knows you
When you're down and out.
In your pocket, not one penny,
And as for friends, you don't have any.
When you finally get back up on your feet again,
Everybody wants to be your old long-lost friend.
Said it's mighty strange, without a doubt,
Nobody knows you when you're down and out.
When you finally get back upon your feet again,
Everybody wants to be your good old long-lost friend.
Said it's mighty strange,
Nobody knows you,
Nobody knows you,
Nobody knows you when you're down and out.

Una traducción aproximada: Nadie te conoce cuando estás deprimido:

Una vez viví la vida de un millonario, Gasté todo mi dinero, simplemente no me importó. Llevé a todos mis amigos a pasar un buen rato, Compré licor de contrabando, champán y vino. Entonces comencé a caer tan bajo. Perdí a todos mis buenos amigos, no tenía adonde ir. Tengo en mis manos un dólar otra vez, Voy a aferrarme a eso hasta que el águila sonríe. Porque no, no, nadie te conoce Cuando estás deprimido y fuera. En tu bolsillo, ni un centavo, Y en cuanto a amigos, no tienes ninguno. Cuando finalmente vuelvas a ponerte de pie, Todo el mundo quiere ser tu viejo amigo perdido hace mucho tiempo. Digo que es muy extraño, sin duda, Nadie te conoce cuando estás deprimido. Cuando finalmente vuelvas a ponerte de pie, Todo el mundo quiere ser tu buen viejo amigo perdido hace mucho tiempo. Digo que es muy extraño Nadie te conoce Nadie te conoce Nadie te conoce cuando estás deprimido.


Pero he aquí la traducción del escritor argentino Luis Alberto Murray a lo que sería el lunfardo norteamericano (slang] del tango Yira Yira de Enrique Santos Discépolo cuyo resultado parece ser  una curiosa combinación onomatopéyica y textual, que conserva los valores originales y éste es el resultado:

When Lady Luck (la Fortuna), just a damn-sel,
deceiving and failing,
throws you on the beach;
when you remain in low water,
without a North, or a hope;
when you have no longer faith,

or yesterday's tea,
drying out in the sun...
When you have worn out the barkers,
in search of that buck, for
to go and take a bite,
the people's perfect indifference,
their deafness, their dumbness,
you'll have to perceive...

You'll see that all is a big lie,
you'll see that nothing is love;
and that no one cares a little...
Geehra, Geehra...
Even life kills you, no matter,
no matter pain breaks your heart;
don't wait for any protection,
for some hand, or
for some help.

When all the doors of the houses
where you go, stay closed,
in spite of your knocks;
searching a breast of a brother,
to die embracing some one;
when they left you down the road,
then to girt and girt
as they made with me;
when you see that in your nearness,
they try them the clothes,
then you'll let at last,
then you'll remember this sucker,
who once, too much tired,
did howl like a dog...
Extraído de: Tulio Carella, "El tango. Mito y esencia. Buenos Aires,1956
Y así llegamos al tango de Enrique Santos Discépolo: 

Cuando la suerte que es grela,
fallando y fallando
te largue parao;
cuando estés bien en la vía,
sin rumbo, desesperao;
cuando no tengas ni fe,
ni yerba de ayer
secándose al sol;
cuando rajés los tamangos (zapatos)
buscando ese mango que te haga morfar (comer),
la indiferencia del mundo,
que es sordo y es mudo,
recién sentirás.

Verás que todo es mentira,
verás que nada es amor,
que al mundo nada le importa.
¡Yira!... ¡Yira!...
Aunque te quiebre la vida,
aunque te muerda un dolor,
no esperes nunca una ayuda,
ni una mano, ni un favor.

Cuando estén secas las pilas
de todos los timbres
que vos apretás,
buscando un pecho fraterno
para morir abrazao;
cuando te dejen tirao,
después de cinchar,
lo mismo que a mí;
cuando manyés (te des cuenta) que a tu lao
se prueban la ropa
que vas a dejar,
te acordarás de este otario
que un día, cansado,
se puso a ladrar.

Evidentemente Discépolo no tiene en su ideario el volver a empezar como Jimmy Cox que espera  ponerse de pie nuevamente.
Les agrego un dato que coincidentemente encontré hoy leyendo el Capítulo 121 de la Historia de la Literatura Argentina: Yira yira  se estrena el 5 de setiembre de 1930 . Al día siguiente, como dice Galasso, "un golpe de derecha - derroca al gobierno popular de Yrigoyen.  Se inicia así la Década Infame..."  Y cita una una palabras del autor " Yo no escribí esa canción con la mano. La padecí con el cuerpo...Grité el dolor de muchos...traduzco ese silencio de angustia que adivino."
Como diría Marcos Mundstock de Les Luthiers: Discépolo no sería mi amigo...JAJA. Muy negativo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario