30 mar 2018

Para acercarnos hablemos de lo que sentimos.


Si hablamos de los hechos, de las teorías, de las creencias podremos llegar a grandes discrepancias incompatibles y rebatibles. Pero si hablamos de lo que esos hechos producen en nosotros no vamos a estar en desacuerdo, porque lo que sentimos nadie nos lo puede discutir.
 Un mismo momento es sentido de forma diferente por cada persona. Su historia, su edad, su formación, su experiencia van a dar distintas visiones, que van a llevar a poder sustentar el impacto que le produce. Y eso es indiscutible y desde allí vas a podés decidir si seguir repitiendo o terminar cambiando para no producir ese efecto en el otro.
Un requisito, una regla ineludible: tener alteridad.
 Y siguiendo el tema de ayer, podremos cambiar nuestra mirada sobre el otro.

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