13 oct 2017

El destino hace trampa...

y se llama suerte...
Dicen que el juego sin el azar es aburrido, porque siempre ganaría el más grande o el mejor. Sin embargo el juego como la vida tiene esa pizquita de azar, de suerte que le pone gusto a la contienda. Todos podemos perder, todos podemos ganar.
Por eso la vida es más encantadora. Nos encanta. Es impredecible.

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