30 dic 2016

Un fin de año en Río de Janeiro

Hará 20 años.  Una experiencia diferente. Increíble para mí, desconocida. Lo que sabíamos era de oídas, no existía ni Internet.  Se cenó temprano, en familia, una mesa con muchas frutas, mucho color. Luego se partió hacia la playa.  Llegamos a un lugar donde tranquilamente se iban acomodando, algunos parados, otros con sus reposeras, casi en silencio, un murmullo. Muchos vestidos de blanco. En la playa casi en penumbra, nos sacamos los zapatos, la arena fría refrescaba nuestros pies y sentí que me conectaba con la naturaleza. La mayoría con su bebida en la mano y un par de copas para brindar a las 12. 
Hacia un costado. una mesa larga con manteles llenos de grandes puntillas, velas, flores, adornos (algo similar a la escenografía de Olmedo) y la gente haciendo cola para que les limpien las malas energías (eso interpreté, es lo que vi). Les pasaban las manos a los costados del cuerpo.
A la orilla del mar vi, entre otros, a una madre con su hija veintiañera que hacían pozos pequeños y profundos en la arena, ponían una vela adentro de la cavidad y le echaban migas de pan dulce y chorritos de champagne (algo así como compartir con el mar), y dejaban ofrendas florales. (prevalecían los gladiolos). Escuché decir que se pedía para que el mar después, cuando subiera la marea, se llevara todo lo malo del año anterior. 
En un momento dado empezó a sonar la música, era el Bolero de Ravel. Puesto en el instante adecuado como para que, en el momento culminante,  fueran las 12 de la noche. La cuenta regresiva hizo más intensa la llegada del año. En ese tiempo, los fuegos artificiales salían desde la playa y cubrían y techaban el lugar en el que uno estaba, con infinitos colores. Abrazo y besos y brindis bajo esas luces y esa mezcla de música y explosiones.
Terminados los fuegos,la música hacía mover las caderas simultáneamente con los pies, zambar, a personas de  cualquier edad y condición social y vi La Fiesta como la describe Serrat:

Y hoy el noble y el villano,
el prohombre y el gusano
bailan y se dan la mano
sin importarles la facha.

. Todos bailando y cantando al unísono. Una fiesta diferente.  Emocionante. Inolvidable.
Lo extraje del arcón de mis recuerdos agradeciendo que la vida me dio esa oportunidad.



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