Erich Fromm
en La Revolución de la Esperanza desarrolla conceptos sobre el
factor más importante para comprender la conducta del hombre en la
sociedad actual: la necesidad humana de certidumbre.
El
hombre para Fromm no es como un animal que va a responder de la misma
manera a los mismos estímulos por instinto. El hombre tiene que
elegir, lo cual le implica grandes riesgos en su vida si elige mal.
Si tiene que decidir con rapidez, la duda le juega en contra. Por eso
tiene una viva necesidad de certidumbre.
Prefiere una
decisión “equivocada” y estar seguro de ella, que tomar una
decisión con apariencia “correcta” y atormentarse con la duda
respecto de su validez.
Esta es una
de la razones psicológicas para Fromm de que el hombre pueda
depositar su certidumbre en ídolos y en guías políticos. Ídolos y
líderes eliminan la duda y el riesgo de sus decisiones, no porque,
después de tomada la decisión, no haya riesgos para su vida, su
libertad, etc. sino porque no hay riesgo alguno de que el método
usado para tomar sus decisiones sea erróneo (las toma otro por él) .
El político
que interprete esos principios de acción sobre los cuales no hay
ninguna duda y que cree la pertenencia de los que sigan esas reglas, los
hace sentir en la certidumbre que hagan lo que hagan estarán en el
camino correcto.
El problema está dado en dónde depositamos esa certidumbre. Qué certidumbre nos venden?. Y sino, miremos lo que nos pasó en la última década. A cuántos ciudadanos les hicieron sentir que estaban en el camino correcto?. Y nos estaban robando. Y estaban metiendo la droga en el país. Y dejaban a la gente viviendo como animales. Y les dieron certidumbre como para que los siguieran votando... Sepamos que la necesidad de certidumbre es una debilidad de la que debemos cuidarnos. Nos lleva a soportar cualquier cosa.
Llama la atención lo reiterativa que se ha puesto la oposición pidiendo certidumbre. Lo seguiré averiguando. Me inquieta. Qué quieren con eso?. Mayor liderazgo?. Raro no?.
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