28 may 2016

El que calentó mis sábanas.


Esta imagen podría significar muchas cosas según la edad, la experiencia, los gustos.

Para algunos es una botella vieja de Ginebra, si tuviera la etiqueta como en este caso. Pero de no tenerla algunos no sabrían para qué habría servido en otros tiempos.
Para otros puede ser una pieza de colección como objeto antiguo.
El decorador podrían pensarla como la base de una lámpara.
O estarán los contemporáneos al licor que recordarán haber bebido su contenido y deleitarse rememorando su sabor.
Pero probablemente haya quienes al verla les traiga a su memoria esos fríos inviernos cuando no existía la calefacción y las estufas a querosén, si las había, no alcanzaban a calentar las frías sábanas. Y saben qué?. Eran estas botellas hechas de cerámica gres las que con agua caliente, hirviendo diría, tapadas con un corcho, envueltas con una funda de lana tejida, calentaban las frías sábanas y los pies con sabañones.
Después, con los años, y un poquito de maldad, tendríamos las piernas de los fieles compañeros que se convertían en nuestra botellita de Bols.
REEDICION

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