29 jul 2015

El origen del brindis y sus vericuetos...

Muchas son las historias sobre el verdadero origen del brindis, algunas datan desde la época romana, pero también existen los mitos o cuentos populares que dan ese toque misterioso y divertido.

En sí la palabra brindis proviene del alemán “bring dir’s” que significa “yo te lo ofrezco” y era la frase que se pronunciaba al momento de realizar el acto de brindar.
Es interesante, pero los orígenes de esta práctica parece venir de los tiempos del imperio, cuando era una costumbre matar a los enemigos con venenos puestos en las bebidas. Así que para probar que la bebida no estaba intoxicada con pócimas mortales, los romanos acostumbraban chocar las copas con vigor, de forma tal que las bebidas se entremezclaran y cayeran residuos de estas en las copas de los brindantes, así si había algo de veneno la pócima afectaría a ambos y no solo a uno. Cuando los asesinatos por envenenamiento dejaron de estar de moda, la práctica quedo como ritual de mesa.
Otra versión del origen: 
 indica como origen las sociedades romana y griega, donde se realizaban los grandes banquetes y fiestas. Era tal la magnitud de aquellas fiestas, que los comensales solían levantar y golpear sus copas para llamar la atención de los sirvientes y para que les sirvieran de nuevo más bebida. Esta costumbre pasó al brindis, donde se golpeaban las copas para llamar la atención del resto de comensales para hacer el brindis.

El mito:
Se cuenta que en el Olimpo, Dionisio, Dios del Vino, invitó a sus Dioses y a los sentidos a un generoso banquete. El sentido del tacto pasó mucho tiempo dando sorbos, y quedó satisfecho. Lo mismo que el gusto que se relamía los labios y la expresaba a cada trago. La vista se deleitaba elevando la copa a lo alto y mirando los colores y el brillo que la misma reflejaba a través del sol. Y el olfato no dejaba de emitir sonidos al meterse en la copa   oliéndola como si fuese una perfumada flor. 
Mientras todos los sentidos estaban ocupados disfrutando, en un rincón solo y quejándose estaba el oído, Dionisio se acercó y escuchó el más triste de los lamentos…¿cómo podría yo oír el vino? Dionisio le ofreció ir a los lagares de fermentación y así escuchar el vino en elaboración, pero el oído quería participar de la fiesta y con eso no le alcanzaba. Fue así que Dionisio dispuso: "Cada vez que la gente se reúna para disfrutar el vino deberán chocar las copas para que a cada sonido diferente, sea cristal, madera, barro o metal, el oído pueda disfrutar del tintineo".

En Hungría está mal visto brindar con cerveza:
El desconocimiento de ciertas tradiciones o supersticiones locales siempre puede dar lugar a malentendidos. En este caso, si visitamos Hungría hay que tener en cuenta un curioso dato: allí está mal visto brindar con cerveza.
Los magiares o húngares tienen un fuerte sentimiento nacional y aún recuerdan como los austriacos celebraron la victoria después de aplastar una revuelta húngara en el s. XIX: precisamente brindando con jarras de cerveza. Desde entonces se considera irrespetuoso imitar esta acción. Los turistas se pueden encontrar con miradas desaprobadoras si lo hacen, y probablemente alguien les avisará, amablemente, de que eso no está bien visto. Incluso durante 150 años estuvo prohibido por ley (desde 1848 hasta 1998).

Consejo de buenos modales:
En todo brindis se plantea la cuestión sobre chocar o no las copas. Aunque es suficiente con hacer el gesto hacia el resto de los comensales, alzando levemente la copa, muchas veces nos gusta el choque de nuestras copas con la de los vecinos de mesa. Lo más correcto es no hacerlo. 
Aunque si, como ya contamos,  el choque de las copas tenía la función de "salpicar" y mezclar el contenido de ambas copas, entre aquellos que utilizaban estos métodos para eliminar rivales, para demostrar que no se ofrecía ningún tipo de bebida envenenada,  como vemos, se pone en juego una cuestión de confianza y muestra de amistad en el rito de chocar las copas. 


Llámese brindis, toast, cheers, salute, mazel tov o santé, espero y deseo que siempre tengamos amigos con quienes brindar, motivos para celebrar, copas para llenar y bebidas para llevar a cabo este maravilloso acto.

Musicalización: El brindis La Traviata
Gracias Estela por el aporte.

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