20 sept 2014

Déjà vu primaveral?

No sabía si hablar de los famosos picnics de la primavera pero uno no ve un picnic como aquellos como para que nos agarre un déjà vu.
Pero lo que uno encuentra parecido es el estado convulsionado de la economía y la inseguridad por el incumplimiento de los contratos.

Una de las diferencias está dada en que los derechos de exportación eran de 5% en agosto de 1988. Para subirlos, Alfonsín necesitaba del respaldo de la oposición que dominaba el Congreso. No podía(había perdido las elecciones legislativas de 1985). Por ello se optó por desdoblar el mercado cambiario. 

Los exportadores estaban obligados a vender sus divisas al tipo de cambio oficial mientras que el libre, para importar, era 20% más alto. Eran las pocas alternativas que contaba el gobierno para hacerse de los dólares necesarios para cumplir los compromisos de la deuda externa, reestructurada en 1987; a la vez que servía para apuntalar al sector financiero seriamente golpeado por la fuga de capitales. 

Se intentó no congelar los precios, sino, más bien, llegar a un acuerdo desindexatorio con las empresas líderes, que a cambio obtuvieron una baja en el IVA, lo que posteriormente impactó fuerte en la recaudación tributaria profundizando el desequilibrio fiscal

El objetivo político del plan era estabilizar las expectativas inflacionarias evitando una aceleración irrefrenable, a menos de un año de las elecciones presidenciales. Estos fueron los puntos salientes: . Para estabilizar los precios, se convalidaron los aumentos a julio congelando los valores al 2 de agosto. Se autorizaron alzas de 1,5% en la segunda quincena de agosto y 3,5% en setiembre. Se aplicó un tarifazo en los servicios públicos de 30% y un congelamiento. Se mantuvieron las paritarias sin topes (los públicos subieron 25%). Se redujo la alícuota del IVA de 18% a 15% y se permitió desgravar el tributo para la importación de máquinas. Se cancelaron aportes del Tesoro para obras públicas. 

Para combatir el déficit del BCRA, se reagruparon los depósitos indisponibles y demás encajes remunerados, y hubo promesas de reducción de redescuentos al Banco Hipotecario Nacional. 

La política comercial consistió en reducir retenciones a las exportaciones de 500 productos, la eliminación de 3.000 posiciones para importar sin consulta previa. Se mantuvieron los reembolsos y los programas especiales de exportación. 

El mercado cambiario se desdobló, pasando las exportaciones sin reembolsos (principalmente productos primarios y sus manufacturas) a liquidarse por el mercado comercial, mientras que las que tenían reembolsos ( industriales) pasaban 50% por el comercial y 50% por el financiero. Las importaciones pasaban a liquidarse por el tipo de cambio financiero. La devaluación nominal fue de 11,4% (12 australes por dólar) y 22,5% para las exportaciones y 33,6% en el caso de las importaciones. El BCRA comenzó a licitar dólares en el financiero

Debilidades 

Las medidas tuvieron cierto éxito inicial, ya que en diciembre la inflación se mantuvo en un dígito. Pero el plan presentaba dos fuertes debilidades, la escasez de divisas y la incertidumbre política generada por las inminentes elecciones (
Déjà vu) . 

Mientras, seguía creciendo el déficit cuasi fiscal a raíz que la emisión monetaria, necesaria para financiar el gasto público, que era luego absorbida por el BCRA mediante la colocación compulsiva de bonos y encajes a los bancos para retirar el dinero de circulación (diferencia?). 

En el verano del 89 el colapso era previsible. La corrida se inició a fines de enero, cuando trascendió que el Banco Mundial suspendería su ayuda a la Argentina. En unos pocos días, el Banco Central sacrificó u$s 900 millones de las reservas para sostener el austral. Pero la fuga hacia el dólar continuaba por lo que el 6 de febrero se decidió crear un nuevo mercado cambiario, el libre. Esto fue el acta de defunción del Plan Primavera. El dólar más que triplicó su valor entre abril y mayo. 

El sistema de cambios múltiples, usado para impedir el traslado de la devaluación a los precios internos alentaba que los exportadores no liquidaran las divisas. La híper se gestaba. La inflación llegó a 80% en mayo, y el gobierno radical veía escurrir entre sus manos el escaso poder que había logrado retener. 

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