25 jul 2014

Los buitres no son simbólicos, son una realidad.


Una antigua profecía le dieron a conocer al rey Carlos II de Inglaterra: El día en que los cuervos de la Torre de Londres desapareciesen, ésta se destruiría, la corona real caería y con ella todo el Imperio Británico. Para evitar que la profecía se cumpla, Carlos II emitió un decreto real en en siglo XVII por el cual se debían mantener al menos seis cuervos vivos en la torre. 


Una leyenda de origen indeterminado advierte que la desaparición de los monos de Gibraltar, coincidirá con final de la posesión británica del peñón.Mientras en Holanda en la segunda guerra los británicos sufrían una derrota, Churchill transmitía la orden que el número de monos no debía bajar de 24 en Gibraltar.


En América el nombre buitre proviene de una antigua leyenda maya según la cual este buitre era un "rey" o "señor" que entregaba los mensajes que intercambiaban hombres y dioses.
Esos dioses serían como el Minotauro, al que los griegos debían entregar cada año sus doncellas y sus producidos. Esos buitres, no son los que no entraron al canje, sino un "sistema de la deuda" que de manera alguna se pueda extinguir o cancelar. Solo se puede "enrollar para adelante" -como dice Mario Cafiero en su análisis de la misma- , como una alfombra cada vez más pesada, hasta que se hace imposible sobrellevar y finalmente el sistema estalla para volver a empezar. Como una servidumbre perpetua de la que está prohibido escapar. A diferencia de los británicos, los argentinos mantenemos buitres internos que nos endeudan y nos mantienen en la esclavitud.

Diría el personaje de "El patriota", Benjamín Martin: que a veces se cambia un tirano que está a 3000 millas de distancia por 3000 tiranos que están a sólo una milla de distancia. Y esos son los 3000 buitres que mantenemos y nos condenan al mito del eterno retorno. No están afuera, los alimentamos adentro de nuestro país.

Les dejo el link con los detalles de la negociación de Lavagna:

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