21 mar 2012

Con prepotencia no queremos vivir y... queremos vivir

Hoy es un día muy confuso. El canciller Timerman dijo "hay gente a la que le conviene tener una oficinita e importar en lugar de aportar a la economía real, a la industria nacional y darle trabajo a la gente", para justificar que no eran TRABAS las que estaba poniendo a las importaciones. Me hizo acordar a las críticas al campo porque cultivaban un “yuyo” (que era la soja).
Les digo que me impresionó. Parece ser que pese a la “política industrial, al empeño que hemos puesto- según Timerman- en traer tecnología, maquinaria, ayudar a los empresarios que quieren invertir en el país, contratar obreros y alentar el consumo" no les ha salido bien y quieren por la fuerza que los importadores fabriquen. No se nace industrial, Sr. Ministro. No cualquiera produce lo que vende. Hay que tener aptitudes.
Está bien que si hay productos que se fabrican en el país se pongan impuestos a los importados para proteger la industria nacional, diferente es que limiten los insumos que se necesitan para trabajar.
Siempre se habló de la prepotencia argentina. Mucho hablaron Uds. del autoritarismo militar. Con sus procedimientos prepotentes y autoritarios lo único que han logrado es llevarnos a estar viviendo en este clima de locura, que hace irrespirable el aire en el que vivimos. Cada vez más van a ir forzando a los 40 millones para que hagan lo que Uds. quieren?. Ya se les fugaron muchos cerebros, porque el inteligente no se va a quedar en este país para ser empleados públicos (los vamos a tener a Uds. como patrones), ya se les fugaron miles de millones de dólares, porque nadie se atreve a dejarlos en el país para que se lo expropien, y ahora lo que viene es por la fuerza?. Hasta dónde va a apretar y nos van a seguir hostigando para que hagamos lo que a USTEDES se les dé las ganas?.
Y dije que era un día muy confuso porque después de escucharlo a Ud. Sr.Ministro, escuché a los familiares de las 52 (sí 52, una estaba en el vientre de su madre) víctimas de Once y ahí su eficiencia y soberbia y prepotencia se estampó como el tren que llevaba a la muerte a tanta gente. Y ahí está representada su política industrial y los resultados a la vista y lo que provoca la intervención ineficiente del Estado concesionando la vida de la gente. Con qué autoridad pueden hablar de lo que los argentinos tienen que hacer cuando muestran la desidia e irresponsabilidad en la administración de la cosa pública. Con prepotencia no queremos vivir. Y además queremos vivir y que vivan nuestros seres queridos.

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