25 may 2010

25 de mayo de 2010: asumiendo el compromiso



La «Junta Provisional Gubernativa de las Provincias del Río de la Plata a nombre del Señor Don Fernando VII»“ Sr. Presidente Cornelio de Saavedra y Vocales, , Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Miguel de Azcuénaga, Manuel Alberti, Domingo Mateu y Juan Larrea; y Secretarios Juan José Passo y Mariano Moreno, (...)”
Al sustituir a la autoridad virreinal asumían todas sus funciones y dignidades, por lo que la Junta debía ser reconocida por todas las ciudades y villas.
Todo hecho histórico debe ser visto contextualizado en su momento y desde el punto de vista de la época. Toda interpretación a 200 años de ocurridos los hechos los coloca en un escenario que no les es propio. Los Cabildos Abiertos eran comunes en América latina, cuando existían hechos trascendentes que requirieran la aprobación del pueblo o cuando tuvieran que leer un bando del rey. Los antecedentes en Norteamérica y Francia les dieron un basamento que les permitió pensarse a sí mismos en situación de igualdad y libertad. Vieron los lazos a los que estaban atados y no dejaron pasar la historia, la construyeron. Ya los había atacado los ingleses y con su ejército habían ganado la batalla. Para eso participó todo el pueblo. El pueblo fue el que fue a preguntar qué pasaba que no sacaban al Virrey.
Es tiempo de reflexión. A 200 años de pensarse a sí mismo, los argentinos no dejamos de vivir en dependencias y las luchas por el poder nunca fueron funcionales al pueblo. Nuestras reacciones son contestatarias, en respuesta a estímulos de oposición, nunca con una mirada en prospectiva. Como si fuéramos detrás de la historia.
Aquellos que han querido hacer modificaciones siempre trataron de imponer modelos externos, compulsivamente, rompiendo con la cultura que se iba gestando por la convivencia. La pasión argentina, tan típica, tan hermosa, cuando es llevada hacia buenas empresas, ha sido aprovechada en detrimento de nosotros mismos.
Al día de hoy se te pregunta si sos de derecha o si sos de izquierda, como si eso fuera fundamental para fundar la nación. Y cuando hablo de nación, hablo del vínculo que nos identifica, que nos hace ver en el otro a un compatriota a quien cuidar. Expulsamos a los hombres honestos en vez de condenar a los deshonestos. Muchos de nuestros prohombres o murieron en el exterior o se suicidaron por impotencia. No hemos construido una sociedad que nos contenga a todos. Hemos marginado más que nunca a buena parte de nuestra población por falta de emprendimientos y proyectos locales que les dieran la posibilidad de subsistir en su lugar. Cerramos los caminos abiertos, las conexiones ferroviarias que unían al país en uno solo, por incompetencia y facilismo.
Nos han manejado con muchísima facilidad por no involucrarnos como esos vecinos del 25 de mayo de 1810. Entre elección y elección dejamos todo en manos de los políticos como si fueran nuestros padres y no nuestros representantes. No pedimos rendición de cuentas. Nadie paga los desastres.
Tenemos que salir a buscar a los de la Primera Junta para entregarle una carta porque el 25 de mayo de 1810 se acuerda una Instrucción, cuyo artículo X consigna:
Todo Vecino podrá dirigirse por escrito o de palabra a cualquiera de los Vocales o a la Junta misma, y comunicar cuanto crea conducente a la seguridad pública y felicidad del Estado.
Tenemos seis años más para festejar el BICENTENARIO DE NUESTRA INDEPENDENCIA con seguridad pública y felicidad. Empecemos a trabajar YA, la patria nos lo demanda.

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