24 feb 2010

NO al fundamentalismo político








José Antonio Marina utiliza la metáfora sobre la Catedral para explicar la dificultad de imponer UNA VERDAD como la única verdad: "Imaginemos unos turistas que visitan una catedral. Un grupo entra en ella y otro se queda fuera. Ambos se comunican por móviles. Los de dentro dicen que ven unas vidrieras brillantes, coloreadas, bellísimas. Los de fuera, que las vidrieras son grises y opacas. ¿Quién dice la verdad? Los dos. Por más que intenten razonar no se pondrán de acuerdo, porque la evidencia en que basan sus afirmaciones es distinta. La única forma de ponerse de acuerdo es que los de dentro salgan a mirar desde afuera, y los de fuera entren a mirar desde dentro". Las "verdades" absolutas son personales, nunca comunes.
Por eso en un país democrático, NO FUNDAMENTALISTA, no se pueden imponer las ideas, usando la condena y la discriminación, de cualquier tipo, con aquellos que no las comparten o no las apoyan.
Esperemos poner fin a esa forma de hacer política que tienen los Kirchner.

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